Quién es el dueño de Empresas Polar

Quién es el dueño de Empresas Polar

Lorenzo Mendoza: dueño de Empresas Polar

Lorenzo Mendoza Giménez es el cuarto de seis hermanos y es hijo de los empresarios venezolanos Lorenzo Alejandro Mendoza Quintero y Leonor «Tita» Giménez de Mendoza. Pertenece a la tercera generación de la familia de empresarios venezolanos Mendoza, cuyo abuelo, Lorenzo Mendoza Fleury, fundó la Cervecería Polar en 1941 y comenzó en la industria del jabón y dueño de Empresas Polar.

Cuando Mendoza Giménez aún estaba estudiando en Nueva York, su padre falleció repentinamente a los 55 años, y su madre Leonor Giménez asumió durante cinco años la dirección de la Fundación Polar vinculada al grupo empresarial. Después de graduarse de la Universidad de Fordham en Nueva York, Mendoza Giménez obtuvo una maestría en 1993 de la Escuela de Administración Sloan MIT Sloan School of Management del MIT.

Mendoza Giménez contrajo matrimonio con María Alexandra Pulido y juntos tienen seis hijos: María Alexandra, Lorenzo, Ana Mercedes, Cristóbal, Santiago y Sofía. En 1992, asumió la presidencia ejecutiva de Empresas Polar, un conglomerado que consta de más de 40 empresas con cerca de 31.600 empleados que producen diversos rubros como pastas, arroz y aceite de maíz, además de helados, vinos, agua mineral, gaseosas, golosinas y pasapalos. La división cervecera de Empresas Polar es la décima cuarta cervecería a nivel mundial.

Empresas Polar

dueño de Empresas Polar: La historia de Cervecería Polar, el negocio más audaz de Venezuela iniciado por los hermanos Lorenzo y Juan Simón Mendoza Fleury en 1941, es conocida por muchos. La familia comenzó a acumular sus capitales elaborando jabón azul para lavar ropa, una industria artesanal que tuvo su auge durante la Primera Guerra Mundial en Venezuela. Dos marcas dominaban el mercado nacional: Las Llaves y La Torre.

La demanda masiva del jabón azul generó un número significativo de empleos indirectos, y muchas mujeres mantuvieron a sus familias prestando sus servicios como lavanderas. La falta de lavadoras automáticas y detergentes en polvo hizo que el trabajo fuera duro y difícil para las mujeres, y este se considera una de las pruebas más difíciles que la mujer venezolana debió vencer antes de poder competir abiertamente con los hombres en el mercado laboral.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la competencia se intensificó con la llegada de industrias como Procter & Gamble, Unilever, General Electric y Westinghouse. Los nuevos productos de lavado como ACE y FAB disminuyeron las ganancias de La Torre y Las Llaves. Los Mendoza Fleury habían escuchado y seguido con mucho acierto el viejo refrán popular que aconseja no poner todos los huevos en la misma canasta. Parte de la acumulación de las ganancias originadas por la industria jabonera la invirtieron en terrenos en la periferia de la capital.

Cuando Lorenzo arrancó el proyecto de Cervecería Polar, varios elementos se conjugaron a su favor. A pesar de que las marcas Caracas, Zulia y Regional dominaban el mercado, la creatividad y el empuje de los Mendoza se impusieron en muy poco tiempo. Juan Simón también probaba suerte como concesionario de vehículos Chrysler e International. La tecnología ayudó a Polar a tomar posesión del mercado. Junto con las lavadoras, también llegaron los refrigeradores domésticos e industriales más avanzados, pequeños y prácticos.

Los pioneros de Polar inundaron todos los rincones del país con los nuevos modelos de neveras, las cuales solicitaron un crédito a los propietarios de abastos, pulperías, bodegones, botiquines o pequeños establecimientos de barriada, siempre y cuando vendieran solo cerveza Polar. La estrategia de mercadeo fue tan directa y eficiente que en pocos años desaparecieron las cervecerías “Donzella” (Caracas) y “Zulia” (Maracaibo). La cerveza Polar se convirtió en la bebida de todas las clases sociales durante la posguerra. Polar creció e implementó el sistema de distribución más completo que se haya instalado en Venezuela. Todo esto fue acompañado por una agresiva campaña de publicidad y promoción.

En la historia del mercadeo local, la forma en que el inconfundible “oso” invadió visualmente las paredes hasta el último bar de esquina del país es una referencia obligatoria. Afiches y anuncios luminosos que resaltaban en letras llamativas el nombre del lugar eran un excelente recordatorio para fijar el logotipo de la fábrica de los Mendoza, Convirtiéndose así, como la empresa pionera en cervezas y alimentación de Venezuela.